SINOPSIS: Memo, un chico tímido, recuerda a Viridiana en 1983.
PERSONAJES:
***Viridiana (Foto: Viridiana Alatriste):
***Memo, el narrador (Foto: Meeno Peluce):
***Carlos (Foto: Steve Guttenberg):
***Adrianita, hermana de Memo (Foto: Alejandra Gollas):
*Fanny y Adolfo, padres de Memo y Adrianita (Foto: Meredith Baxter y Michael Gross):
***Alberto (Foto: C. Thomas Howell):
***Teresa (Foto: Karen Senties):
***Hank (Foto: Sebastián Ligalde):
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Corría el año 1983 en Bogotá, Colombia. Cumplía 13 años de edad y entraba en la etapa adolescente. Yo vivía junto con mis jóvenes padres, Fanny y Adolfo, y Adrianita, mi hermanita menor, en una casa con dos pisos. Mis padres me tuvieron muy jóvenes, por eso, mi mamá era más comprensiva mientras que mi padre era serio y estricto con mi hermana y yo.
Carlos, mi primo, llegó desde muy lejos porque sus padres lo habían mandado para ver si sentara cabeza y se pudiera a estudiar una carrera en la Universidad. Pero, él solo quería divertirse y "pasarla rico."
A él le gustaba la salsa y tenía una colección de cassettes y discos con los éxitos del momento. Gracias a él, conocí la música de Oscar D´León, Rubén Blades y Willie Colón, Cheo Feliciano (no confundir con el baladista José Feliciano), Héctor Lavoe ("Ella va triste y vacía...") y remataba con la música de el Gran Combo de Puerto Rico:
"Yo me levanto por la mañana/ Me doy un baño y me perfumo/ Me como un buen desayuno/ Y no hago mas na', mas na'."
Y como la canción, Carlos no le gustaba hacer nada...
"y más ná."
--¡¡¡Carlos!!!-, exclama papá, -¡¡¡Apaga esa música infernal!!!
--Ups, disculpa, tío.
--Oye, Carlos, ¿Cuando vas a estudiar? Todo el santo día solo piensas en ir a fiestas. Qué dirá mi hermano si se enterara que no te da ganas de estudiar.
--Es que no sé que estudiar...
--¿Qué ejemplo le das a tus primos?
En ese momento, viene Fanny, mi mamá, para avisar para ir a cenar.
--¡¡¡Carlos!!!-, exclama papá, -¡¡¡Apaga esa música infernal!!!
--Ups, disculpa, tío.
--Oye, Carlos, ¿Cuando vas a estudiar? Todo el santo día solo piensas en ir a fiestas. Qué dirá mi hermano si se enterara que no te da ganas de estudiar.
--Es que no sé que estudiar...
--¿Qué ejemplo le das a tus primos?
En ese momento, viene Fanny, mi mamá, para avisar para ir a cenar.
Entonces, nos sentamos a cenar junto con mi hermanita Adrianita.

--Memo, ¿Como te fué en el estudio?-, preguntó papá, seriamente.
Le respondí que me fué más ó menos.
--¿Como que más ó menos? ¡¡¡Tienes que sacar buenas calificaciones!!!-, exclama papá, - ¡¡¡Pónganse a estudiar!!! ¡¡¡A partir de ahora, nada de televisión!!!
--Si, papá.
--Papi-, interviene Adrianita, -Yo si he sacado una buena nota en Matemáticas.
--Qué bien, hijita-, dice mamá.
--¿Y las otras materias, Adrianita?-, preguntó.
--Me fué más ó menos en Español.-, dice Adrianita.
--¡¡¡Como que más ó menos!!!-, exclama papá.
--¡¡¡Adolfo!!!-, intervino mi madre, -¡¡¡No le grites a nuestra hijita!!!
--¡¡¡La culpa la tiene Carlos que distrae a nuestros hijos!!!-, exclamó papá, -¡¡¡Por eso, a partir de entonces, me lo llevo a trabajar!!!
--Si, tío-, dice Carlos, cabizbajo.
En ese momento, sonaba el timbre. Era Alberto, nuestro vecino y mejor amigo de Carlos, porque quería salir a pasear con mi primo. Carlos le pidió permiso a papá y mamá. Mamá lo concedió, siempre y cuando, salgan con Adrianita y yo.

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Entonces, después de cenar, Carlos pidió las llaves del auto y nos fuimos a pasear por el barrio. Alberto, sentado en el asiento del copiloto, puso un poco de música. Se escuchaba "Señora", un vallenato interpretado por Otto Serge y Rafael Ricardo.
"Un verso bien sutil y dirigido/ Delicado y sensitivo/ Quisiera componer yo."
Adrianita no soportaba esa música. Ella prefería escuchar a Parchis, Enrique y Ana y el grupo Menudo.
--Me gusta el grupo Menudo.-, dice Alberto, -Tienen buenas canciones.
--¿Esos atorrantes?-, dice Carlos, manejando indignado.
--¡¡¡Menudo no son ignorantes!!! ¡¡¡Son lindos!!!-, exclama Adrianita, indignada.
De pronto, el primo Carlos desvía la atención hacia la casa de Teresa, una de las chicas del barrio. Alberto le brillaban los ojos de la emoción. A él le gustaba Teresa, pero, no quería admitirlo.
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Entonces, se detuvieron en casa de Teresa donde tocaron el timbre. Teresita salía a recibirlos luciendo sensual y hermosa, con una atrevida minifalda que exhibía sus lindas y torneadas piernas, despertando la admiración de Alberto y Carlos.
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--Oye, Memo, ¿Qué estás mirando?-, me decía el primo Carlos, pícaro, -¿A poco Teresita está divina?
La verdad, Teresita está divina. Podría ser modelo ó reina de belleza. De hecho, ella había participado en varios concursos de belleza y modelaje en su colegio y la universidad... pero, en todos los concursos, ella quedó en segundo lugar... ¡¡¡Le robaron la corona!!!
Teresita se enternecía al ver a mi hermanita. Adrianita la saludaba tímidamente.
--Bien, pero, no me gusta la música que pusieron.
--¿Y qué música te gusta, Adrianita?
--Me gusta Parchis, Enrique y Ana y el grupo Menudo.
--A mi también me gusta Menudo. Ricky es mi favorito.
--Ricky es mi favorito, también-, responde Adrianita.
--Yo tengo el último disco de Menudo. Espera, entro a la casa y te presto el disco para que grabes una copia del Lp.
--¿Harías eso por mí? ¡¡¡Muchas gracias!!!-, exclama Adrianita, con los ojos brillosos de la emoción.
--Oye, Teresita-, intervino Carlos, -¿Tienes también el último disco de El Gran Combo?
--Si, claro. Ya entro a la casa y te los paso. ¡¡¡Y es con caracter devolutivo, por favor!!!
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"Súbete a mi moto/ Nunca haz conocido un amor tan veloz."
Y también, una balada "Si tú no estás" que le gustaba también a mamá.
"Si tú no estás junto a mí/ No puedo cantar no soy feliz."
Entonces, Carlos, que no soportaba sus oídos, tuvo que ir al trabajo de papá para colaborar con los trabajadores y aprender el trabajo. No soportaba al grupo Menudo.
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Hasta que llegó ese día...
Un día, yendo a comer a un restaurante típico santandereano, Carlos, Alberto y Teresa la conocieron. Se llama Viridiana y era la mesera del restaurante. Desde que la vió, mi primo se desilumbró por su belleza y buscaba hacerle conversación.

--Hola, Viridiana, verdad? Qué lindo nombre.-, dice Carlos.
--Gracias-, respondía, sonriente y coqueta.
--¿Puede tomarnos las órdenes, por favor?-, decía Teresa, celosa.
--Vamos, Teresita-, dijo Alberto, -No trates así a la mesera.
--¡¡¡Es que yo conozco a estas coquetas...!!!-, exclama Teresa, indignada.
Viridiana les tomó las órdenes. Alberto calmaba a Teresa y le decía que no sea tan celosa. Pero, el primo Carlos no le hacía caso a los celos de Teresa.
El estaba tan fascinado por Viridiana que llegó a hacerle conversación y pedirle su teléfono y la invitó a almorzar a nuestra casa.
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Y llegó ese fin de semana. Yo jugaba con unos carritos mientras Adrianita jugaba con sus muñecas cuando primo Carlos nos avisaba la noticia.
--Muchachos-, nos dijo Carlos a mi y mi hermana, -Viene una muchacha para almorzar. Por favor, portánse bien con ella.
--¿Y como es ella?-, preguntó Adrianita.
--Es semejante bizcocho.-, dijo Carlos, fascinado.
En ese momento, Adrianita y yo bajamos al comedor donde nos esperaba nuestra madre con el almuerzo. Mi padre ya estaba sentado, esperando que le sirvieran la comida, junto con primo Carlos. Viridiana había entrado al baño.
En ese momento, mientras esperábamos para almorzar, Viridiana salía del baño y entraba al comedor.
Ella estaba bellísima, vistiendo un abrigo de pieles. Se sentó al lado de primo Carlos. En ese momento, yo me quedé fascinado por la belleza de Viridiana. Nunca había visto mujer tan linda como ella. Pero, no creo que una chica tan linda se fijara en mí y bajaba la mirada al verla.
--¿Le pasa algo a tu primo?-, preguntó Viridiana, coqueta.
--Oye, Memo, saluda a la visita. No seas grosero.-, dice Carlos.
La saludé con un tímido "Hola" mientras bajaba la mirada.
--Hola, Memito. Tu primo me ha hablado mucho de tí-, respondía Viridiana, sonriente.
Entonces, seguimos almorzando. Mis padres buscaban hacer conversacion a Viridiana. Ella venía de una familia humilde, de otra ciudad, pero, se hospedaba en casa de una tía. Viridiana era tan pobre y humilde que dejó sus estudios en el primero de bachillerato. Aún así, mostraba mucha clase y elegancia en su manera de hablar y tratar a la gente.
A partir de entonces, mi familia logró congeniar con Viridiana y la tratábamos como parte de la familia.. y los días siguientes, ya se hospedaba en casa con nosotros.
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A partir de esa tarde, sin darme cuenta, Carlos formalizó su relación con Viridiana. Pensé que solo eran amigos pero, la verdad, la cosa estaba en serio. Mis padres estaban de acuerdo con su relación, siempre y cuando no descuide el trabajo ni los estudios. Carlos ahora tenía que trabajar para ganar dinero y comprarle ropa a Viridiana.
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Mi mamá también llegó a ser amiga de Viridiana y salían juntas de compras y juntas estaban pendientes de la telenovela del momento, "La Mala Hierba." la historia de la familia Miranda, liderados por el Cacique Miranda, en su lucha por buscar venganza contra los Morales, en una lucha por el poder de "una mala hierba."
La novela estaba basada en un libro del periodista Juan Gossaín. Nadie se la perdía. A mi no me gustaba mucho, pero, todos en casa no se la perdía, incluso, Adrianita se desvelaba por las noches por ver la famosa telenovela... y la desventura del "Cacique" Miranda y su familia.

En cambio, en las tardes, después del colegio, Adrianita y yo no nos perdíamos los dibujos animados, "Josemiel", un lacrimógeno programa de una abeja que buscaba a su madre... pero, no sabemos si la encontró porque nunca vimos ese episodio. También, veíamos a "Toqui", un show de marionetas que de un niño que viajaba por el tiempo con su mariposita, "La Monja Voladora" con una jovencísima Sally Field y "Viaje en el fondo del mar", una aventura de fantasía submarina.
Pero, los viernes en la noche, toda la familia se reunía a ver "El Show de Jimmy", un show de variedad con invitados musicales y sketch cómicos a cargo del Culebro Casanova y los "Recochan Boys" y las sensuales bailarinas, "Las Super Notas."
"Hola, amigos, bienvenidos, a la hora con más música."
--¿Les conté que yo conocí a dos bailarinas de las "Super Nota"?-, dijo Viridiana, mientras veíamos el programa.
--No lo sabía, mi vida-, dijo Carlos, abrazándola.
--Si, pero, no son tan bonitas como salen en la tele.-, responde Viridiana.
--Eso pasa.-, respondía mamá, -El maquillaje las ayuda.
Adrianita nos callaba... shhhh... y nos sentábamos a ver el famoso programa.
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Mamá y Viridiana compartían gustos musicales. A Viridiana le gustaba la música de Leonardo Fabio y escuchaba el cassette a toda hora y lugar.

"La cajita de madera/ La misma que contuviera/ Lapicitos de color."
Carlos y Alberto no lo soportaban... el cantante era muy llorón... tanto que una noche, ellos tomaron el cassette, tomaron un martillo y rompieron el cassette en mil pedazos a pesar de los reclamos de mi madre y Viridiana... ¡¡¡Crash!!! ¡¡¡Crash!!!
--¡¡¡Noooo, nooooo!!! ¡¡¡Párenlo, párenlo!!!-, exclamaron mamá y Viridiana.
--¡¡¡Estamos hartos de ese cantante llorón!!!-, exclamó Carlos.
En ese momento, vino papá.
--¿Qué pasa aquí?-, dijo papá.
--¡¡¡Nos rompieron el cassette de Leonardo Fabio!!!-, exclamó mamá.
--Bien hecho, ese cantante es muy llorón.-, respondió papá.
--¿Te alegras de lo que hizo tu sobrinito?-, reclamó mamá, -¿Qué tal si hubieran hecho lo mismo con un disco que te gusta?
Las sensibles palabras conmovieron a papá. Sabía que mamá tenía razón y que ni Carlos ni Alberto tenían razón en cometer aquel acto atroz con el disco. Entonces, papá, de penitencia, ordenó a su sobrino a reponer el cassette con música de Leonardo Fabio. Carlos no tuvo más remedio que obedecer la órden de su tío.
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Así, pues, aparte de Leonardo Fabio, escuchaban a José Feliciano, Armando Manzanero, Los Panchos, Roberto Carlos, José Luis Rodríguez "El Puma." Pero, el cantante de moda era José Luis Perales a quién se preguntaba... "Y, ¿Como es el? ¿En qué lugar se enamoró de tí?"
"Díme/ Por qué la gente no sonríe/ Por qué las armas en las manos."
Al salir del auditorio, Alberto y Teresa no quedaron muy emocionados por el concierto, incluso, notaron ronco al cantante. Pero, Viridiana no prestaba atención a la conversación y Carlos le preguntó preocupado.
--¿Te pasa algo, Viridiana?
--Pienso en la letra de la canción... dime... ¿Por qué hay maldad en el planeta?-, responde Viridiana.
--Desde que tengo uso de razón-, interviene mamá, -Siempre ha habido maldad en el mundo.
Mientras caminaban al parqueadero, de repente, Viridiana divisa una sombra aterradora y pidió a Carlos que la proteja.
--¿Qué pasó, Viridiana? ¿Qué fué lo que viste?-, preguntó Carlos, confundido.
--Vámonos, vámonos de aquí.-, respondía Viridiana, nerviosa.
Y se fueron rápido hacia el parqueadero para sacar el auto de regreso. Teresa miraba la reacción de Viridiana con suspicacia, pero, prefería no decir nada. Y se preguntaba: ¿Qué es lo que austaba a Viridiana? ¿Qué estará ocultando? Teresa tenía que averiguar la respuesta.
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En casa, Viridiana nos ayudaba a limpiar la casa, barrer y nos preparaba unas ricas arepas con queso. Un día, ella me convenció para que la ayudara a lavar los platos después de la cena. Ella los lavaba y yo los secaba... uf.. y mientras sonaba la canción de la película "Flashdance."
."What a feelin', being's believin'/ I can have it all, now I'm dancing for my life."
--Oye, Memo, ¿Te gusta esta canción?-, preguntó Viridiana.
--Está en plena moda. Es de una película, ¿Verdad?
--El otro día la voy a ver con Carlos. Quisiera llevarte a verla, pero, es para mayores de 18 años.
--Lo entiendo. Oye, ¿Lo quieres a Carlos?
--Si, lo quiero mucho.
En ese momento, no sentí celos ni rabia con la respuesta. Más bien, me puse contento que quisiera a mi primo.
--Bueno, Memo-, dijo Viridiana, -Sigamos lavando los platos.
--¿No habíamos terminado?
--Al contrario, todavía faltan más platos por lavar y secar, ¿Continuamos?
Y ella ponía más platos para secar... uf... pero, gracias a ella, aprendí a limpiar y secar los platos después de almorzar y cenar, mientras escuchábamos música.
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Los fines de semana, papá nos sacaba a pasear, junto con Viridiana y Carlos, por los pueblos en las afueras de Bogotá para ver el paisaje verdoso de las montañas, montes y quebradas.

En el camino, escuchábamos música. Carlos quería poner salsa, pero, la verdad, mis padres preferían mejor las baladas de José Feliciano (Si, esta vez, es el baladista), El Puma, Jeanette y Paloma San Basilio. A Viridiana le gustaba "Yo te amo, te amo" de Yuri y hasta la tarareaba y cantaba en su asiento, junto con Adrianita:
"Escucha, yo te amo te amo/ Yo ya no se que cosa es/ Y te amo te amo."
No podía faltar aquella canción "country", "Fall in Love" interpretada por Juice Newton y que llegó a nuestras vidas a través de un "mixtape", un cassette que nos grabó otro tío desde Estados Unidos. Y durante todo el trayecto escuchábamos ese tema mientras mirábamos el paisaje verdoso.
"Falling in love, falling in love/ When will I learn?/ I think I'll get burned."
Y nos deteníamos para comer carne asada con mazorca, típicos de la región.
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Con Adrianita, mamá, Viridiana, Carlos y yo fuimos a ver "El Cristal Encantado", una película de fantasía sobre la travesía de un muchacho y una chica que buscaban colocar la pieza de un cristal roto en su lugar. No eran actores sino era protagonizada por muñecos, yo pensaba que eran marionetas, pero, a veces, daba la sensación que eran personas disfrazadas. Quizás, algunas escenas, usaban personas disfrazadas, pero, la mayoría de veces eran marioneta, tipo los Muppets. De hecho, la película era producida por Jim Henson, el creador.
--¿Te gustó la película, Adrianita?-, preguntó mamá.
--Si, me gustó. Pero, me asusté en algunas partes.-, respondió, -¡¡¡Me daban miedo esos mounstruos!!!
--Ay, pobrecita-, dijo Viridiana, consolando a la niña, -¿Qué les parece si vamos a comernos un pollito asado?
--No, mejor-, dijo Adrianita, -Quiero comerme una Pizza.
Entonces, fuimos a la pizzería para comer una Pizza Hawaiiana tamaño familiar.
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También, soportamos la maratón de más de tres horas con intermedio del "Lo que el viento se llevó." Adrianita y yo nos aburría la película, la considerábamos lenta, con muchos diálogos y nada de acción, aunque habían algunas partes que nos causaban risa. Pero, a mamá, papá, Carlos y Viridiana les encantó. Era una función "Apta para Todos". por eso, nos dejaron entrar a mí y a Adrianita.
--Pero, qué linda época. A me hubiera gustado vivir esa época.. ¡¡¡Y esos vestidos tan largos!!!-, exclamó Viridiana.
--Si, los vestidos era muy lindos-, decía Adrianita.
--Entonces, ¿Ella se quedó sola, verdad?-, preguntó Viridiana.
--Así es.-, respondía mamá, -Se quedó sola por coqueta.
--Y lo linda que estaba Scarlet-, dijo Carlos, con picardía.
--¿Perdón...?-, respondía Viridiana.
--No tan linda como tú mi amor-, dijo Carlos, abrazando y besando a su amada.
Viridiana lo miraba coqueta y le guiñó el ojo al primo Carlos.Yo suspiraba por los coqueteos de Viridiana. Pero, yo bajaba la mirada, no quería que mi familia se diera cuenta.
De repente, Viridiana volvió a mirar esa sombra y comenzó a ponerse nerviosa. ¿Qué le pasaba? Ella nos pedía que acelerábamos el camino hacia el auto para regresar a casa.
En ese momento, mi hermana y yo éramos niños y no entendíamos el sentido de la película... pero, años después, ya adultos, pudimos apreciar y valorar la película. De hecho, cuando se casó, mi hermana le puso Scarlett a su primogénita en recuerdo de la película.
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Esas noches eran costumbre escuchar aquellas melodías marchosas y contagiosas como "mamá que será lo que tiene el negro" (¿Y me pregunto, qué era lo que quería el negro? Aparentemente, nunca lo revelaron, creo), "La Revancha" ó la música de Pastor López ó el "Estás pillao" de Lisandro Meza, junto con el mosaico de clásicos bailable con los hijos de la Niña Luz. O escuchábamos el contagioso "mira, Eva, mira quién llegó allí" ó todos cantábamos "Everybody Salsa, Salsa, eh, ¡¡¡Salsa!!!" mientras que nos tomábamos un "coctel de piña" con Juan Piña y su orquesta. No podía faltar otra de las obligadas:
"Comején, ay comején/ Comején, ay comején/ Eh, vuelve a mi lado/ Eh, vuelve a mi lado."

Mi hermanita y yo no podíamos dormir con la música. Tanto así que mi hermanita se traumó y a partir de entonces, ella "traumada" no podía dormir los viernes en la noche y tenía que salir de farra... vaya trauma, ¿Verdad? ¡¡¡Jajajajajajaja!!!
Una noche, seducido por la música, bajaba las escaleras. En ese mismo instante, miré a Viridiana bailando con primo Carlos, meneando la cola, hombros y la cinturita al compás de una canción del Gran Combo:
"Que tú me tienes temblando de noche y de día/ Tú me hiciste brujería."
Y como la canción, sentí su sensual baile como un hechizo, dejándome llevar por el deseo al verla meneando su esbelta fisonomía al compás de la música.
Pero, Adrianita se daba cuenta de como miraba a Viridiana y me miraba pícara:
--Oye, Memo, ¿A tí te gusta Viridiana?
--Es la novia de nuestro primo.
--Pero, te gusta, ¿No? A poco no te he visto como la miras.
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La noche de Halloween, mamá, Carlos, Alberto y Viridiana fueron invitados por Teresita en su casa para una fiesta de disfraces. Y esa noche, corrieron por todos lugares para conseguir disfraces, Pero, todos estaban carísimos. Al final, decidieron improvizar los dizfraces.
Carlos y mamá se vistieron como vaqueros, Alberto era el mal vestido, se suponía que era un soldado pero, la ropa le quedaba colgando. Viridiana también se vestía como vaquera...
"No, soy una llanera, de los llanos orientales de Colombia."
Viridiana estaba bellísima y sensual, llevando un sombrero, camisa y jeans ajustados al cuerpo que sacaban a relucir su esbelta fisonomía... uf... como quisiera tocarla... abrazarla... besarla...
--¿Como me veo?-, me decía Viridiana, coqueta, mientras se probaba la ropa.
Me puse nervioso.. No sabía como responderle. En ese momento, vino Carlos para decirles que había que ir a la fiesta. Ella me miró y me guiñó el ojo. Y se fueron todos a la fiesta en casa de Teresa.
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En la fiesta, Teresa, vestida como sensual tigresa felina, miraba con suspicacia como Viridiana se coqueteaba con Alberto, el amigo de Carlos, y se acercó a encararlos.
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--¡¡¡Ejem!-, exclamó Teresa, -¿Pasa algo aquí?
--No pasa nada, Teresita-, respondió Alberto, -Solo conversaba con Viridiana. Muy linda fiesta, ¿Verdad? Felicitaciones.
--Así es-, dijo Viridiana, -Alberto y yo solo conversábamos.. háblabamos de Carlos y su familia.
Alberto se retiró para servirse más trago, dejando solos a Teresa y Viridiana.
--No sé que te propones, coqueta, pero, a mi no me engañas.-, dijo Teresa.
--¡¡¡Ay, no sé porque desconfías tanto de mí!!! ¿A poco estás celosa?-, respondió Viridiana.
--¿Por qué piensas que estoy celosa?
--Porque sé como miras a Carlos...
--Carlos es solo un buen amigo.
--Pero, te gusta, ¿No? No te olvides que Carlos es mi novio. Permiso.
Viridiana se retiró meneando los hombros y la cinturita al compás de la canción.
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Viridiana seguía en su relación con Carlos quién estaba tan enamorado de ella que no medía sus sentimientos... y le repartía besos en la boca... y no se daban cuenta que yo los miraba. y yo los veía besándose dando rienda suelta a su amor. Era primera vez que veía a una pareja besándose en la boca. ¿Como se sentirá besar en la boca a una muchacha?
"Te amo, Viridiana, te amo con toda mi alma."
De repente, Viridiana volteó en dirección hacia mí. Yo escondí la mirada y me retiré de la presencia de Viridiana y mi primo. En ese momento, Viridiana reaccionó.
--¿Qué te pasa, mi amor?-, preguntó Carlos.
--Oye, Carlos, creo que es hora de sentar cabeza. ¿Qué vas a hacer con tu vida?
--Pues, estar contigo para siempre.
--No, Carlos, tienes que estudiar, trabajar, pensar en tu futuro. Yo no pude continuar con mis estudios por mis limitaciones económicas pero, tú, que tienes el apoyo económico de tus tíos, no lo aprovechas. No abuses de su confianza. Permiso.
Viridiana se retiró de la presencia de mi primo. Ella entró en mi cuarto donde mi hermanita y yo hacíamos nuestras tareas. Viridiana nos miraba con ternura y después de la tarea, encendimos el televisor para poder ver las aventuras de la abeja Josemiel seguido de los Barbapapá y las aventuras del muñequito "Toqui" y su mariposita. Ella se sentó a ver televisión con nosotros. Era tan amable y dulce con mi hermana y yo hasta el punto que ella nos cantó una alegre canción:
"Te equivocaste gorrión, te equivocaste/ El nido que soñabas no era tuyo."
No era muy afinada, pero, a Adrianita y a mi nos fascinaba su interpretación y la acompañábamos a interpretar la melodía. Y cada día que pasaba, más vivía con ella... quería tocarla... besarla... abrazarla... pero, sabía, como la canción, que no era mía sino que era pareja del primo Carlos.
+++
Y llegó esa noche. Viridiana me llamó para entrar a su cuarto. Carlos había salido a la calle mientras Adrianita dormía en su cuarto, así que era mi oportunidad para declararle mi amor hacia ella.
--Hola, Memo.-, dijo Viridiana, con dulzura.
Yo me puse nervioso y encorvé los hombros.
--¿Por qué me tienes miedo? Vamos, yo no muerdo.
Ella comenzó a acariciar mi cuerpo para tranquilizarme. De pronto, ella buscaba hacerme conversación.
--¿Alguna vez has besado a una chica en la boca?
No pensé que ella me preguntaba eso. Pero, era el momento que tanto había anhelado. Y sin titubear, Viridiana y yo juntamos nuestros labios y nos besamos. Era mi primer beso. Fué un beso dulce, sencillo. Y me había gustado la sensación tanto que volví a besarla. Nos besamos otra vez.
--Eres muy bonita, Viridiana.
--Gracias, Memo, y tú eres muy buenmozo. Seguro debes tener muchas admiradoras por ahí.
--No creo que nadie se fije en mí.
--¿Por qué no? Eres un muchacho inteligente, sencillo, agradable.
--Soy un torpe, distraído, un "bobolitro." Mis compañeros se burlan de mí... los profesores me gritan...
--No le hagas caso a esa gente. Tú eres un gran muchacho, con una gran familia.
--Dime, Viridiana, ¿Te enamorarías de mí?
--Cualquier mujer se enamoraría de un chico como tú.
En ese sentido, volví a besarla en la boca. Ella respondía mi beso, mientras sonaba aquella sensible balada "Ahora" de Paloma San Basilio que reflejaba lo que sentía en ese momento:
"Ahora, ahora, ahora/ porque desde aquella noche/ no he sentido, ni he vivido sin tu amor."
En ese momento, tocaban la puerta... toc... toc... toc... Viridiana reaccionó y abrió la puerta. Era Adrianita, diciendo que no podía dormir. Entonces, Viridiana se ofreció a contarle un cuento para que Adrianita se tranquilizara. Yo regresé a mi cuarto, pero, con el recuerdo de aquel, mi primer beso.
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Dias después, Viridiana caminaba con Carlos, Adrianita, mamá y papá en un Centro Comercial. Cuando en ese momento, Viridiana sintió que alguien la llamaba y ella se retiró de nuestra presencia. Era un hombre de aspecto desaliñado que la miraba con ojos de degenerado, tragando saliva.
Y yo miraba, escondido, mirando a ese hombre.
--Hola, Viridiana.
--¿Hank? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Como me buscaste?
--Sabía que no te me ibas a escapar.
--¡¡¡Déjame en paz!!! ¡¡¡Tú eres mía y no te voy a soltar!!!-, exclamó el hombre, soltando su brazo.
--¡¡¡Suéltame, suéltame!!! ¡¡¡Auch!!!
--¡¡¡O vienes conmigo ó esa familia va a pagar las consecuencias!!!
--¡¡¡No, Hank, no le hagas daño a ellos!!! ¡¡¡Ellos son muy buenas personas!!!
--Entonces, vienes conmigo...
--Está bien, tú ganas. Pero, primero, tengo que preparar una cosa. Espérame.
Viridiana se retiró de la presencia del malvado hombre. Le pregunté quién era ese hombre, pero, ella no me respondió. Me guiñó el ojo y me sonrió. Entonces, nos reunimos con los demás. Ella nos abrazó a todos y nos decía que nos quería mucho.
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Rato después, Viridiana citó a Teresa en una cafetería.
--A ver, Viridiana, ¿Qué es lo que quieres decirme?
--Ese hombre volvió.
--¿De qué estás hablando? ¿Quién es ese hombre?
--Es Hank, mi ex-pareja.
--¿Eras casada? ¡¡¡Lo sabía!!!
--Terminé con él porque me golpeaba y ahora amenaza con hacerle daño a Carlos y su familia sino regreso con él.
--¿Y qué quieres que haga?
--Tendré que ausentarme de ellos por un tiempo, así que te pido que cuides de Carlos, sé que lo quieres y sé que lo vas a querer mucho.
--Ejem... no sé que me pides..
--No quiero que ni Carlos ni su familia sufran por mí. Por favor. ¿Harías eso por mí? Yo sé que tú amas a Carlos y sé que lo harás feliz.
--Bueno... si lo pides...
Teresa sabía que tenía aceptar a la propuesta de Viridiana. Era una oportunidad que no podía aprovechar y al final, aceptó la propuesta. Ambas estrecharon las manos. Y a partir de esa tarde, Viridiana se fué de nuestras vidas para siempre.
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Carlos reaccionó desesperado. Viridiana se había ido de su vida. El la buscaba por todas partes, pero, nadie le dió la razón. ¿Donde estás Viridiana? ¿Donde estás? En ese momento, Teresa se acercó a hablar a Carlos.

--Hola, Carlos.
--¿Teresa? ¿Qué pasa?
--Quiero decirte que te amo.. te amo con toda mi alma... y quisiera formalizar contigo una relación...
--Yo estoy con Viridiana.
--Viridiana ya no está contigo. Se fué muy lejos y no volverá.
--¡¡¡Tengo que buscarla!!! ¡¡¡Tengo que buscarla!!!
--No la busques, no vale la pena. Pero, mi amor está aquí, dispuesto a amarte.
--No lo sé... Teresa...
Entonces, Teresa le guiñó el ojo y juntó sus labios para besarlo. Carlos le respondió el baso y juntos se besaron. A partir de ese momento, Carlos se apareció con Teresa para decirles que juntos formalizaron su relación. Todos estaban confundidos. ¿Y Viridiana? Viridiana se fué y no volverá.
Yo me puse triste. Ya no volveré a ver a Viridiana. Extrañaba sus besos, sus caricias, su sonrisa. Y no dejaba de pensar en ella, sobretodo cuando el otro día, fuí al cine con Teresa, Carlos y la familia. Veíamos una película donde un barco de la Naval atravieza un portal dimensional que viajó en el tiempo. ¿Y si yo pudiera viajar en el tiempo para poder encontrarme con Viridiana? Pero, eso era imposible. La vida no es como las películas. Así, pues, todas las noches me desvelaba en mi cama escuchando aquellas baladas lacrimógenas, pensando en ella.
"Toda la noche oliendo a ti/ Mordiendo la almohada oliendo a ti/ Sintiendo tu boca recorrer mi cuerpo oliendo a ti."
+++
Tiempo después, me enteré que Hank, el hombre que estuvo con Viridiana, murió acribillado por unos sicarios en una discoteca. Pero, afortunadamente, Viridiana no estaba en la escena. Después, me enteré que había viajado a Estados Unidos. Por su parte, mi primo Carlos sentó cabeza y con la ayuda de Teresa comenzó a estudiar y trabajar y encaminar su vida. Alberto, su amigo, también se casó y tuvo una hija.

Y yo, todavía recordando a Viridiana y rogando a Dios que cuide de ella.
FIN
Que bonita historia. Me gusta mucho como la presentas, como el narrador nos va hablando de la chica. Q pena q no la volvió a ver pero q bonito recuerdo. Me encantó
ResponderEliminarGracias, me alegra que te haya gustado. :)
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